EQUIPO
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La documentación
El DNI o pasaporte; la tarjeta de la seguridad social o semejantes, la credencial del peregrino, que conseguiremos en las asociaciones del camino o en los principales refugios, una tarjeta de crédito (en metálico lo necesario para dos tres días, no para todo el Camino). Todo esto lo llevaremos en la riñonera, de la cual no nos separaremos.
La ropa
3 camisetas, 2 pantalones (se recomiendan los pantalones desmontables), 3 juegos de ropa interior, 3 pares de calcetines (cuide de que no hagan arrugas cuando se los ponga), un jersey, (si no es verano, se debe llevar un polar y un chubasquero o capa de lluvia), un traje de baño en verano.
El calzado
En fechas normales, de mediados de abril a septiembre, podríamos hacerlo con zapatillas de deporte, eso sí, que tengan un piso relativamente grueso, y que sean acaso medio número mayores que el nuestro, y si son de horma ancha, mejor, pues el pie, con el peso de la mochila, los kilómetros, calor, etc., se va deformando y ensanchando. De optar por botas, será suficiente con las de media montaña o de tipo trekking, a poder ser no muy altas de caña, pues terminan molestando. Sean deportivas o botas, lo importante es que no sean nuevas y que uno se encuentre cómodo. Para el refugio y la tarde, unas sandalias en verano u otras deportivas cómodas en el resto del año, o bien las mismas chancletas que utilizaremos para la ducha, así eliminaremos peso de la mochila.
Saco de dormir
Que sea ligero en verano, no tan ligero en otras épocas, y esterilla en verano, por si toca dormir en el suelo.
Botiquín
Aspirina, vaselina o Vicks Vaporub (en los pies, antes de ponerse los calcetines por la mañana), crema para el sol (primavera y verano). Para evitar rozaduras se recomienda ponerse los calcetines del revés. Aguja e hilo para pinchar las ampollas, desinfectante, tijeras, esparadrapo, vendas de algodón, alcohol, un laxante y un antidiarreico, crema antinflamatoria y aspirinas o paracetamol.
Otras cosas esenciales
Una toalla (pequeña, a ser posible), bote pequeño de jabón y champú, sombrero o gorra, botella pequeña de agua que iremos rellenando en las fuentes potables, juego de cubiertos, taza, bolsa de aseo, un pequeño cuaderno de notas, algo para escribir, una funda para almohada, una guía del peregrino, una tarjeta de teléfono o similares, papel higiénico, imperdibles que sirven para colgar la ropa húmeda de la mochila mientras andamos.
Cosas convenientes
Algún identificativo del peregrino (como bordón o concha), un mechero, hombreras para evitar roces con los tirantes de la mochila, tapones para los oídos (por los ronquidos), jabón de trozo para lavar la ropa, crema para los mosquitos, desinfectante, gasas, aguja e hilo, Biblia, Evangelios o pequeño libro para reflexionar, cortaúñas, linterna, bastón, pinzas para tender la ropa y en la mochila, algo que meta ruido, como unos cascabeles, por si alguien intenta robarla.
La mochila
Es muy importante que sea cómoda, mejor anatómica y con sujeción a las caderas, no a la cintura: si es también con bolsillos laterales, facilita grandemente su utilización e, incluso, si tiene dos compartimentos, podríamos utilizar el de abajo para guardar el saco, pues nos permite sacarlo sin tener que vaciar la mochila. "Hacer" la mochila tiene también su importancia: los elementos más pesados, colocarlos más cerca de la espalda. Es conveniente llevar los utensilios que guarden relación entre sí, en bolsas de plástico y de colores para poderlas distinguir. Los artículos de más uso y poco volumen, en los bolsillos laterales, y en el bolsillo superior o cierre, la guía, credencial, documentación, etc. Atención a la mochila que debe estar equilibrada en cuanto a la distribución del peso y no ladeada. En cualquier caso, creemos necesario establecer un límite de peso para la mochila cargada; lo ideal sería como máximo el 10% de nuestro peso, que resulta difícil, por lo que aconsejamos 6/7 kgs. en el caso de las mujeres y 7/8 kgs. en el de los hombres.
La bicicleta
Las bicis todo terreno pueden en principio ir por los mismos caminos que recorren las personas. La bici de carretera, como su nombre indica, es para ir por la carretera, y termina siendo la más cómoda, pues bien por las prisas, bien por ser las primeras etapas del Camino de grandes dificultades para las bicis todo terreno, la verdad es que prácticamente todas, terminan en la carretera. La bicicleta híbrida, mezcla de las dos anteriores, sería acaso la que mejor se ajusta, pues los tramos fáciles los podría hacer por el Camino, y los que presten mayores dificultades, por la carretera. No obstante, la decisión es muy personal, y depende incluso de la forma en que piensan hacerlo el resto de nuestros compañeros, y, por supuesto, de los días de que dispongamos.
Alimentación
Lo que sí es seguro es que estamos realizando un esfuerzo mayor que en nuestra vida normal y quemando más calorías, por lo que en absoluto debemos comer menos o aprovechar el Camino para perder unos "kilitos"; la alimentación la tenemos que llevar con seriedad, así como la ingestión de líquidos. Es suficiente para emergencias, unos frutos secos, pasas, higos, nueces y chocolate, según la temporada: acaso también un poco de pan, chorizo y queso. El mayor problema lo tendremos con el desayuno, pues es casi seguro que donde hayamos pasado la noche, si hay albergue, tengamos un bar para cenar, pero también que ese bar, cuando salgamos por la mañana, esté cerrado. Al desayuno y comida no hay que darles más importancia que la que tienen; tenemos que comer, pero no ser tan estrictos con las horas; no pasa nada si desayunamos a las 12 o comemos a las 5 de la tarde; para eso tenemos los frutos secos. En cuanto a la bebida hay agua en todos los pueblos, y en caso de necesidad se puede pedir en cualquier casa y tendremos oportunidad de conocer la amabilidad de las gentes del Camino. También podemos llevar una cantimplora o una botellita de agua para ir rellenando. Cargar con cazuelas y sartenes es un error. Hay albergues que sirven comidas, y el Camino está sembrado de restaurantes con menús a precio módico. Los albergues en los que se permite cocinar cuentan con los utensilios necesarios. Lo mejor es llevar sólo cubiertos y una navaja.
Consejos al andar
Procura no caminar muy rápido los primeros días hasta que conozcas tu ritmo más adecuado. Si peregrinas en grupo procura adaptarte al ritmo del más lento, en el Camino no hay que llegar el primero, sino alcanzar la meta. No hay competición alguna. En los tramos de carretera, siempre ve por el arcén izquierdo, no olvides que eres la parte más débil y que los automóviles no se fijan mucho en un "simple peatón". Si se hace el Camino en grupo, no se deben crear apelotonamientos en la calzada. No es conveniente caminar por la noche, pero si se hace, se debe usar reflectantes que avisen de nuestra posición a los vehículos. En caso de agotamiento por calor, busquemos un lugar fresco para descansar, beber líquido e intentar recuperar los minerales perdidos (un litro de agua con una cucharadita de sal y media de bicarbonato). Si los calambres son fuertes, auméntese la cantidad de sal. Lleva siempre a mano algo dulce y frutos secos para reponer energías en un momento de desfallecimiento.
Señalización
Sigue siempre las flechas amarillas. No hace falta que adquieras ningún libro de mapas del Camino (hay bastantes), sólo basta con que te fijes en las flechas amarillas que están marcadas a lo largo del recorrido. Aunque cruce todo tipo de suelos o se complique su trazado, las encontrarás en los lugares mas insólitos: árboles, pequeñas piedras en el suelo, muros, porteras, etc. Además, en algunos albergues del camino, recibirás unas cintas plásticas amarillas para que, en ciertos puntos del recorrido, cuya indicación de las flechas amarillas están deficientes, ates estas cintas a los árboles, arbustos, donde sea, para que sirva de señalización para los próximos peregrinos a pasar. De todas formas, si te pierdes en algún momento, basta preguntar a la primera persona que se encuentre, que serás bien informado.
El DNI o pasaporte; la tarjeta de la seguridad social o semejantes, la credencial del peregrino, que conseguiremos en las asociaciones del camino o en los principales refugios, una tarjeta de crédito (en metálico lo necesario para dos tres días, no para todo el Camino). Todo esto lo llevaremos en la riñonera, de la cual no nos separaremos.
La ropa
3 camisetas, 2 pantalones (se recomiendan los pantalones desmontables), 3 juegos de ropa interior, 3 pares de calcetines (cuide de que no hagan arrugas cuando se los ponga), un jersey, (si no es verano, se debe llevar un polar y un chubasquero o capa de lluvia), un traje de baño en verano.
El calzado
En fechas normales, de mediados de abril a septiembre, podríamos hacerlo con zapatillas de deporte, eso sí, que tengan un piso relativamente grueso, y que sean acaso medio número mayores que el nuestro, y si son de horma ancha, mejor, pues el pie, con el peso de la mochila, los kilómetros, calor, etc., se va deformando y ensanchando. De optar por botas, será suficiente con las de media montaña o de tipo trekking, a poder ser no muy altas de caña, pues terminan molestando. Sean deportivas o botas, lo importante es que no sean nuevas y que uno se encuentre cómodo. Para el refugio y la tarde, unas sandalias en verano u otras deportivas cómodas en el resto del año, o bien las mismas chancletas que utilizaremos para la ducha, así eliminaremos peso de la mochila.
Saco de dormir
Que sea ligero en verano, no tan ligero en otras épocas, y esterilla en verano, por si toca dormir en el suelo.
Botiquín
Aspirina, vaselina o Vicks Vaporub (en los pies, antes de ponerse los calcetines por la mañana), crema para el sol (primavera y verano). Para evitar rozaduras se recomienda ponerse los calcetines del revés. Aguja e hilo para pinchar las ampollas, desinfectante, tijeras, esparadrapo, vendas de algodón, alcohol, un laxante y un antidiarreico, crema antinflamatoria y aspirinas o paracetamol.
Otras cosas esenciales
Una toalla (pequeña, a ser posible), bote pequeño de jabón y champú, sombrero o gorra, botella pequeña de agua que iremos rellenando en las fuentes potables, juego de cubiertos, taza, bolsa de aseo, un pequeño cuaderno de notas, algo para escribir, una funda para almohada, una guía del peregrino, una tarjeta de teléfono o similares, papel higiénico, imperdibles que sirven para colgar la ropa húmeda de la mochila mientras andamos.
Cosas convenientes
Algún identificativo del peregrino (como bordón o concha), un mechero, hombreras para evitar roces con los tirantes de la mochila, tapones para los oídos (por los ronquidos), jabón de trozo para lavar la ropa, crema para los mosquitos, desinfectante, gasas, aguja e hilo, Biblia, Evangelios o pequeño libro para reflexionar, cortaúñas, linterna, bastón, pinzas para tender la ropa y en la mochila, algo que meta ruido, como unos cascabeles, por si alguien intenta robarla.
La mochila
Es muy importante que sea cómoda, mejor anatómica y con sujeción a las caderas, no a la cintura: si es también con bolsillos laterales, facilita grandemente su utilización e, incluso, si tiene dos compartimentos, podríamos utilizar el de abajo para guardar el saco, pues nos permite sacarlo sin tener que vaciar la mochila. "Hacer" la mochila tiene también su importancia: los elementos más pesados, colocarlos más cerca de la espalda. Es conveniente llevar los utensilios que guarden relación entre sí, en bolsas de plástico y de colores para poderlas distinguir. Los artículos de más uso y poco volumen, en los bolsillos laterales, y en el bolsillo superior o cierre, la guía, credencial, documentación, etc. Atención a la mochila que debe estar equilibrada en cuanto a la distribución del peso y no ladeada. En cualquier caso, creemos necesario establecer un límite de peso para la mochila cargada; lo ideal sería como máximo el 10% de nuestro peso, que resulta difícil, por lo que aconsejamos 6/7 kgs. en el caso de las mujeres y 7/8 kgs. en el de los hombres.
La bicicleta
Las bicis todo terreno pueden en principio ir por los mismos caminos que recorren las personas. La bici de carretera, como su nombre indica, es para ir por la carretera, y termina siendo la más cómoda, pues bien por las prisas, bien por ser las primeras etapas del Camino de grandes dificultades para las bicis todo terreno, la verdad es que prácticamente todas, terminan en la carretera. La bicicleta híbrida, mezcla de las dos anteriores, sería acaso la que mejor se ajusta, pues los tramos fáciles los podría hacer por el Camino, y los que presten mayores dificultades, por la carretera. No obstante, la decisión es muy personal, y depende incluso de la forma en que piensan hacerlo el resto de nuestros compañeros, y, por supuesto, de los días de que dispongamos.
Alimentación
Lo que sí es seguro es que estamos realizando un esfuerzo mayor que en nuestra vida normal y quemando más calorías, por lo que en absoluto debemos comer menos o aprovechar el Camino para perder unos "kilitos"; la alimentación la tenemos que llevar con seriedad, así como la ingestión de líquidos. Es suficiente para emergencias, unos frutos secos, pasas, higos, nueces y chocolate, según la temporada: acaso también un poco de pan, chorizo y queso. El mayor problema lo tendremos con el desayuno, pues es casi seguro que donde hayamos pasado la noche, si hay albergue, tengamos un bar para cenar, pero también que ese bar, cuando salgamos por la mañana, esté cerrado. Al desayuno y comida no hay que darles más importancia que la que tienen; tenemos que comer, pero no ser tan estrictos con las horas; no pasa nada si desayunamos a las 12 o comemos a las 5 de la tarde; para eso tenemos los frutos secos. En cuanto a la bebida hay agua en todos los pueblos, y en caso de necesidad se puede pedir en cualquier casa y tendremos oportunidad de conocer la amabilidad de las gentes del Camino. También podemos llevar una cantimplora o una botellita de agua para ir rellenando. Cargar con cazuelas y sartenes es un error. Hay albergues que sirven comidas, y el Camino está sembrado de restaurantes con menús a precio módico. Los albergues en los que se permite cocinar cuentan con los utensilios necesarios. Lo mejor es llevar sólo cubiertos y una navaja.
Consejos al andar
Procura no caminar muy rápido los primeros días hasta que conozcas tu ritmo más adecuado. Si peregrinas en grupo procura adaptarte al ritmo del más lento, en el Camino no hay que llegar el primero, sino alcanzar la meta. No hay competición alguna. En los tramos de carretera, siempre ve por el arcén izquierdo, no olvides que eres la parte más débil y que los automóviles no se fijan mucho en un "simple peatón". Si se hace el Camino en grupo, no se deben crear apelotonamientos en la calzada. No es conveniente caminar por la noche, pero si se hace, se debe usar reflectantes que avisen de nuestra posición a los vehículos. En caso de agotamiento por calor, busquemos un lugar fresco para descansar, beber líquido e intentar recuperar los minerales perdidos (un litro de agua con una cucharadita de sal y media de bicarbonato). Si los calambres son fuertes, auméntese la cantidad de sal. Lleva siempre a mano algo dulce y frutos secos para reponer energías en un momento de desfallecimiento.
Señalización
Sigue siempre las flechas amarillas. No hace falta que adquieras ningún libro de mapas del Camino (hay bastantes), sólo basta con que te fijes en las flechas amarillas que están marcadas a lo largo del recorrido. Aunque cruce todo tipo de suelos o se complique su trazado, las encontrarás en los lugares mas insólitos: árboles, pequeñas piedras en el suelo, muros, porteras, etc. Además, en algunos albergues del camino, recibirás unas cintas plásticas amarillas para que, en ciertos puntos del recorrido, cuya indicación de las flechas amarillas están deficientes, ates estas cintas a los árboles, arbustos, donde sea, para que sirva de señalización para los próximos peregrinos a pasar. De todas formas, si te pierdes en algún momento, basta preguntar a la primera persona que se encuentre, que serás bien informado.
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